domingo, 4 de octubre de 2009

Avance estadounidense en América Látina




El acuerdo militar entre Estados Unidos y Colombia, que consiste en la instalación de 7 bases militares en territorio colombia, revivió la polémica de la presencia militar estadounidense en América Latina. La sensación de amenaza se siente en toda Latinoamérica, ante la preocupación de intervención militar y espionaje en la región.


El comienzo de las intervenciones norteaméricanas en América Latina nos remonta a los años ´60, con la llamada Doctrina Monroe. El periodista especialista en conflictos internacionales, Eduardo Martínez, sostiene que la Doctrina surge de la necesidad estadounidense de “frenar el avance inglés o extra continental de algunos países en América”.

Martínez explica que “con el tiempo Rousvelt asume la presidencia e incorpora algunos elementos más a la Doctrina Monroe archipeligrosos que fueron el tema de la intervención estadounidense en América Latina. Decía la segunda enmienda de Rousvelt que cualquier país que a raíz de una actitud o demás le era hostil a Estados Unidos o ponía en peligro su soberanía, o intereses económivos, o lo que sea, podía invadirlo”.

“La doctrina se fue firmando y muchos países fueron aceptandola, a cambio de grandes ayudas económicas”, explica. “Las cosas empiezan a cambiar a final del S.XX cuando se le acaba la conseción del Canal de Panamá, Estados Unidos empezó a perder incidencia, luego vinieron los ataques del 11 de septiembre en 2001. La política norteamericana se derivó casi exclusivamente a Medio Oriente, sumado a que empienzan a cambiar a partir del 2002 los gobiernos en latinoamérica y se vuelcan a la izquierda o centroizquierda.”

Anteriormente, países como Bolivia, Panamá, Ecuador, incluso Brasil, tenían bases militares estadounidenses, se fueron venciendo los contratos y se fueron cerrando. Algunos países tenían y tienen ayuda militar de Estados Unidos, como México. Pero la amenaza de 7 bases militares de alta tecnología, con radares, fuerza aérea, naval y terrestre es tomado como una provocación para países enemistados con Estados Unidos, como Venezuela, Ecuador y Bolivia que sienten una amenaza para su soberanía.

El periodista Martínez considera al respecto que la amenaza de la soberanía “en realidad depende con la responsabilidad en que esas bases sean puestas. Primero me parece que es terrible que cualquier gobierno tenga que pedir ayuda externa para solucionar un tema interno que tiene que nace en el año ´64. estamos hablando de 45 años de conflictos con las FARC. Me parece que no tiene que ver con un gobierno, es decir, Colombia nunca recolvió este tema. Eso ya me hace mucho ruido, no me gusta esa incidencia de una cultura inclusive tan distinta como la norteaméricana con antecedentes nefastos en intervención de países.

Uno de los problemas de algunos países, como Colombia actualmente, es que no pueden controlar la situación interna de su país, ya sea por falta de capital o de estratégias, y piden ayuda internacional. Pero el pasado nos ha llevado a entender que no siempre las intevenciones dan un buen resultado.

En los años 60 la intervención estadounidense apoyó el Plan Cóndor, sonteniendo las dictaduras en Latinoamérica, y “el propio Estados Unidos admitió que el propio Henry Kissinger había participado”, declara Martínez.

“Si ya tenemos estas experiencias de espionaje, de sostenimiento de métodos ilegales en la región. Cuando vieron con semejante tecnología, con tantos recursos y demás, en un momento en que está tan mal con Chávez, con Ecuador, mal con Evo Morales, que tienen una relación muy tirante con Argentina, asusta un poco”, agrega.

"Y el Plan Colombia, desconocido para la gente, tanto el Plan Colombia I como el II no viene simplenmente a combatir el narcotráfico, esto es mentira. En los papeles decía claramente que había que dar ayuda económica para que la gente reemplace el cultivo, que deje de cultivar la coca, la marihuana y reemplace por cultivos alimenticios. Como no era muy redituable, había que hacer programas para que no lo sufran económicamente. En realidad, la ayuda económica no se uso para eso, sino para combatirlos militarmente y eso no ha resultado”, afirma.

Muchos analistas de conflictos están sorprendidos de que Estados Unidos y Colombia hayan blanqueado la instalación de las bases militares, porque muchas de las bases que tiene norteamérica no están declaradas como estadounidenses, sino como cooperación en el territorio.
“Este tipo de cosas no las hacen ni en Irán ni en Irak, que ya tienen bases. Pero, porque no se animan a mandar un avión espía a Irán a ver que pasa y blanquearlo. Decir te pongo una base en la frontera con Irán. Lo hacen en Colombia, porque aca hay como una subestimación del latinoamericano”, sostiene Martínez.

Y esa subestimación asusta a los países de la región, que han comenzado a adquirir mayor tecnología en armamentos y a tratar de conseguir la mayor transparencia posible en la instalación de las bases. En las últimas reuniones de la Unasur, se ha exigido a Colombia que respete los tratados de defensa militar de la región, para conocer más datos de las bases.

La alianza entre países latinoaméricanos es joven y se está encaminando a lograr formar un bloque de intereses comunes entre sus integrantes, para frenar la intervención de países como Estados Unidos o algunos europeos y fortalecer el continente. Ya se ha logrado un importante avance en materia económica, pero en cuanto a defensa militar de la región no se ha llegado a un concenso común.

Martínez explica que “la alianza de Unasur ha servido para frenar el avance de Estados Unidos. Chávez, en su momento, nos sirvió para frenar a Estados Unidos, Evo Morales también, pero sirvió en la primera étapa.

Ahora es el momento de poner los pantalones largos y decir bueno, ya que hemos limitado la incidencia norteamericana económica en la región, cuál es el paso siguiente. Es el momento de que el Conosur piense responsablemente que hacemos por nosotros mismos, dejando de pensar en los fantasmas de siempre.”

El papel de los recursos naturales

Es de público conocimiento que ante los sucesos provocados por el calentamiento global, en los próximos años se considera que las guerras van a ser por apoderarse de recursos naturales, principalmente agua potable.
Cabe la duda de que la intervención militar estadounidense en la región tenga como objetivo acceder a recursos naturales. Con la tecnología que posee podría controlar desde llamadas teléfonicas, fotografías o invadir casi la totalidad de Latinoámerica.
Uno de los países más afectados ante la necesidad de agua podría ser Argentina que posee dos grandes vertientes, una en el norte y otra en la Patagónia de agua potable. “Es preocupante los capitales extranjeros que se han invertido en terrenos en sectores cercanos a El Calafate. Si bien, hay leyes que lo limitan, no se ha puesto en práctica”, comenta Martínez.
No olvidemos al pulmón del mundo, la Amazonias en Brasil, que tiene razones para sentirse amenazado y rechazar la instalacion de bases militares cerca de su frontera.

La necesidad de frenar el avance estadounidense en la región está en la agenda de la mayoría de los gobernantes latinoaméricanos. Es motivo de preocupación de todos los latinoaméricanos.

"Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia", Ghandi.


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